Organicemos la Organización

En diferentes ocasiones en mi vida profesional, he comentado la importancia de tener organizaciones alineadas con la estrategia. En estos momentos, en vísperas de una fecha donde la mayoría de las entidades públicas afrontarán un proceso de renovación política (bien por cambio de sus responsables bien por la asunción de nuevos programas) es cuando hay que replantearse si la estructura de la organización responde a la estrategia que se quiere acometer.

Desde mi experiencia, he podido contrastar que muchas veces la organización de las áreas no facilita los cambios que se quieren llevar a cabo. Algunas de las claves a tener en cuenta:

.- Disponer de un área impulsora de los cambios y legitimada ante el resto de la Organización. Este aspecto lo he reivindicado en muchas ocasiones y sigo reafirmándome en su importancia. Hay que dar mensajes claros y esto pasa por la coherencia en la propia estructura.
.- Evitar solapamientos y cruces excesivos entre las áreas dejando totalmente clarificado el ámbito competencial de las mismas.
.- Procurar que no existan demasiados responsables políticos para una misma área de gestión (máxime si éstos son de diferentes partidos).
.- Crear áreas para dar respuesta a objetivos no pensando en personas concretas
.- Fomentar la compartición de información y el establecimiento de sinergias y, en definitiva, del impulso de políticas transversales.

Disponer de una estructura apropiada es un elemento facilitador del proceso de mejora ya que facilita el entendimiento entre las diferentes unidades pero hay que tener en cuenta que su formalización requiere tiempo de análisis, entender la propia cultura organizativa (el pasado importa), escuchar qué ha funcionado y qué no y articular la mejor organización para atender los nuevos objetivos.